En 1971, William F. Austin, propietario de la pequeña empresa de audífonos Professional, compró Starkey
Laboratories a su colega Harold Starkey. Fusionó las dos empresas y mantuvo el nombre de Starkey.
Dos años más tarde, Starkey sacó al mercado el primer audífono intrauricular hecho a medida, con 90
días de prueba y un año de garantía. Starkey se convirtió rápidamente en el primer fabricante mundial
de audífonos intrauriculares.
Una demanda impresionante. Starkey amplió el negocio a Eden Prairie (Minnesota) y luego abrió su
primera oficina en Manchester (Inglaterra). En los cinco años siguientes, se abrieron sucursales de
Starkey en Toronto (Canadá), Hamburgo (Alemania), Glencoe (Minnesota) y París (Francia).
En 1978, Bill Austin puso en marcha el programa de reciclaje de baterías del Fondo Starkey. La marca
pide a los audioprotesistas y distribuidores que devuelvan las baterías usadas a la empresa a cambio
de una donación para ayudar a las personas con problemas de audición con dificultades. Este programa
dio lugar a la creación de la Fundación Starkey, una organización benéfica exenta de impuestos. Al
año siguiente, Starkey desarrolló el comprobador de audífonos CHAT, el audiómetro de investigación
Tinnitus y el medidor de drenaje digital (Digital Drain Meter). Estas herramientas avanzadas permiten
a los audioprotesistas ofrecer un diagnóstico mucho más preciso a sus pacientes.
Durante los años 80 y 90, Starkey realizó rápidos avances en el ámbito de la innovación y el desarrollo.
El gran impulso de la marca fue el lanzamiento de la serie CE-5, los primeros audífonos intraNúmero de bandas
del mercado. En 1983, la marca adquirió un gran prestigio cuando el presidente Ronald Reagan empezó
a utilizar los audífonos INTRA de Starkey. Este dispositivo está ganando reconocimiento entre un
público más amplio e impulsando las ventas en todo el sector.